La concentración es una de las capacidades más relevantes que debemos maximizar cuando nos ponemos a estudiar. Se trata, a grandes rasgos, de la cualidad que posibilita centrar las fuerzas de la inteligencia en la materia que se está aprendiendo. Sabemos que, a veces, mantener la concentración durante el estudio puede ser complicado, pero desde Academia READY vamos a dar algunos consejos que os pueden ayudar.
Lo primero que hay que tener claro es que concentrarse en condiciones óptimas supone también una mejora para otras virtudes, como el ingenio o la disciplina durante las horas de estudio. Si trabajamos la concentración, podemos asegurar que nos va a permitir optimizar el tiempo de estudio para aprovechar más en menos tiempo.
Consiste en hacer más rentables las sesiones de aprendizaje. De esta manera, no va a resultar complicado obtener buenos resultados en los trabajos y exámenes, e incluso, dentro del mundo laboral. A continuación, desgranamos las claves por las que este buen hábito resulta imprescindible para ser más productivo estudiando.
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La preparación es fundamental
Para que una persona se concentre correctamente, es indispensable que lleve a cabo una planificación de su sesión de estudio. No hablamos solo de planificar el temario, si no de organizar el espacio en el que vamos a estudiar. Contar con una mesa amplia, buena iluminación y una silla cómoda es básico para que podamos sacarle todo el partido posible a nuestras sesiones de estudio. También recomendamos estar en una zona de la casa alejada, dentro de lo posible, del ruido de televisiones o conversaciones que puedan distraernos.
En cuanto a la organización de los tiempos de estudio, hemos de señalar que estos tienen que caracterizarse por su regularidad. Conviene dedicar franjas que se repitan a lo largo de los días y contribuyan a que el cuerpo se habitúe a esos horarios. Por ejemplo, tres horas por la mañana y tres por la tarde. Lógicamente, hay margen para modificar ligeramente esta agenda en función de los cambios que, en ocasiones, haya que introducir. Lo bueno de mantener los hábitos es que, con el paso del tiempo, nos será más sencillo mantenerlos a lo largo del tiempo.
Por otro lado, una vez nos pongamos con el estudio, hemos de perfilar sesiones de estudio de una hora. Después podemos hacer descansos de cinco minutos. Es un buen momento para aprovechar e hidratarnos, descansar la vista o merendar.
¿Cómo mejoramos la concentración durante el estudio?
Una vez hemos acondicionado el lugar de estudio y estamos en buena disposición, es el momento de poner en práctica técnicas que potencien nuestro aprendizaje. En este sentido, vale la pena comenzar por una lectura superficial del tema y pasar después a hacer un par de ellas más reflexivas.
La base de este sistema no es memorizar frase por frase, sino intentar entender el sentido de lo que se está analizando. Por eso, después de estas tres lecturas sucesivas, es un buen momento para intentar reflexionar, mentalmente o de viva voz, sobre el guion general de lo asimilado.
Siempre hemos de ir de lo general a lo particular y nunca está de más introducir ejemplos. Por otra parte, no tenemos que quedarnos bloqueados por toparnos con algo que nos cuesta comprender. En estos casos, pasemos directamente al siguiente punto y volvamos posteriormente sobre las dudas. Asimismo, aunque no recomendemos la memorización literal, podemos recurrir a las reglas mnemotécnicas (por ejemplo: InGeFuCo, para no olvidarnos de infinitivo, gerundio, futuro y condicional) para recordar conceptos que no pueden soslayarse.
Otro buen consejo para concentrarnos es el de realizar resúmenes de las materias estudiadas. Pueden complementarse con los subrayados que remarquemos en las partes del texto que nos interese retener. De esta forma, podemos evocar lo fundamental de un contenido a partir de un solo golpe de vista.
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En definitiva, potenciar la concentración es básico para un aprovechamiento idóneo del estudio. Un profesor especializado de la Academia READY puede contribuir a enseñar las pautas mediante las que se puede propiciar.