Hemos terminado nuestra escuela de verano y, aunque se lo han pasado estupendamente, el ambiente es un poco «melancólico» – de hecho, están un poco tristes, aunque el ambiente sigue siendo divertido y desenfadado – porque la invasión robótica ha llegado al final.
Y es que, si la primera semana les gustó, la segunda semana les ha encantado. Porque hemos empezado a programar sus primeros robots, aprendiendo para que sirve cada una de las partes que los componen mediante juegos y actividades divertidas. Y es que Verano Steam no solo son clases de robótica educativa o programación de videojuegos, también aprendemos conceptos básicos de electrónica, de física y un poquito (pero poco, porque enseguida protestan) de matemáticas.
Bromas aparte, durante la semana pasada que les iniciamos en Scratch, y durante esta semana con robótica, nuestros alumnos han aprendido a realizar algoritmos, es decir, dividir una acción a realizar en varias acciones menores, y cada acción con sus condiciones y casos especiales. Practicar este tipo de actividades estimulan el pensamiento computacional y les ayuda a desarrollar el pensamiento abstracto, que en un futuro y con práctica y paciencia hará que comprendan mejor las matemáticas y la geometría, entre otras cosas.
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Para hacer robótica, primero hay que saber algo de electrónica
Arduino, el rey de la fiesta
Hablar de robótica educativa y de programación es hablar de Arduino. Podríamos tirarnos cientos de líneas hablando, pero lo vamos a dejar para otro post, ya que merece la pena dedicarle un rato a comprender qué es y por qué es tan importante en la comunidad Maker (y en el mundo tecnológico en general)
En nuestro caso, usamos placas de BQ, las BQ zum core 2.0, compatibles con Arduino. Los componentes que traen su kit de robótica avanzado, en el que aprenden a usar ultrasonidos, sensores de infra-rojos, detectores de luz, y muchas cosas más. En cada clase probábamos una cualidad de cada uno de estos componentes, como que los murciélagos tienen implantado de serie un sensor de ultrasonidos muy eficiente.
Sensor ultrasonidos. El GPS de los murciélagos.
Recuerdo de niño que una de las cosas que más me fascinaban eran los murciélagos, porque:
- Estaban ciegos, pero podían volar
- ¿He dicho que podían volar?
- Emitían un sonido muy característico
- Eran muy feos, pero molaban. De hecho, quizá eso era lo que más molaba.
Nuestros amigos del portal juegos de robótica nos explican muy bien tanto el principio físico como el funcionamiento del sensor.
Infra-rojos para seguir el camino
Otro de los sensores usados es el «sensor infra-rojos», que podríamos decir que tendría un comportamiento muy similar al de los ultrasonidos, pero con luz infrarroja en lugar de sonido.
En este caso, la luz refleja en la superficie u objeto. En caso de no reflejar significa que estamos ante el color «negro», mientras que, si recibe luz, será blanco (o un color claro)
En este enlace nuestros amigos nos vuelven a comentar cómo funcionan estos sensores, y los robots siguelineas en general.
Pero menos «cháchara», y al lío.
El robot en cuestión
Estos robots los hemos montado con piezas que previamente habíamos impreso en 3D. Todas ellas en nuestro taller del Aula Sagan, donde tenemos 4 impresoras 3D a disposición de nuestros alumnos y donde pueden dejarse llevar imprimiendo lo que se les ocurra (aquí estamos nosotros para bajarles de las nubes cuando piden imprimir en 3D un patinete).
Esas piezas previamente las hemos «tuneado» un poquito con Tinkercad. ¿Recordáis que os hablamos de él la semana pasada en otra entrada de nuestro blog? Pues así es, hemos seguido diseñando en 3D. Y además de retocar alguna de las piezas, hemos diseñado un portalápices con las iniciales de nuestros alumnos, para que se lleven un recuerdo a sus casas y nos recuerden durante el curso.
Primero testeamos los componentes…
Primero hacemos varias comprobaciones de los componentes electrónicos, ¿Funcionan por separado? De ser así, a montarlo en la pieza correspondiente y seguimos.
Nuestros chicos han conseguido montar un siguelineas y de paso, aprendiendo ciertos contenidos de física, sin ir más lejos. Sin duda es una manera excitante de aprender lo que sea.
Montamos todas las piezas, hicimos los calibrados de cada sensor y tras un rato ajustando y reajustando, conseguimos terminar nuestros robots siguelineas.
El resultado final
El resultado de la invasión robótica lo podéis ver, es una auténtica pasada.
7 printbots siguelineas, a los que les hemos añadido un botón que, al presionarlo, hace que se convierta en esquivaobstáculos. El primero usa los sensores infrarrojos, el segundo el ultrasonido.
Montados en piezas impresas y personalizadas por nuestros chicos, y ensamblados completamente por ellos. (Con alguna pequeña ayuda, como es natural) tras superar algún problema con las pilas y la alimentación de los robots, nos pusimos manos a la obra a testearlos y comprobar que todo funcionaba correctamente.
Y así pasamos la mañana, terminando de ajustar los robots, repasando lo que habíamos visto durante esas dos semanas y haciendo un resumen de cómo se utilizaban cada una de las herramientas que hemos visto en el verano STEAM. Programación de videojuegos usando SCRATCH, robótica educativa y programación de robots usando BITBLOQ, diseño 3D usando tinkercad y voxedit, ¡y a imprimir usando nuestras impresoras!
¡Y a darle caña! (Con algún accidente puntual…)
¡Nos encanta! Con accidentes y todo.
El final del verano… STEAM starters.
Realmente, el verano no ha hecho más que empezar. Pero nuestros chicos, al llegar el final de la escuela de verano, estaban un poco tristes… ¡y eso no lo podemos tolerar! Así que, tras recoger entre todos los robots, tornillos y tuercas, nos pusimos a terminar nuestro torneo de MARIO KART y a decidir los ganadores definitivos.
Y eso ha sido todo en esta primera quincena. Ahora toca descansar un par de días para retomar fuerzas, porque el 1 de agosto volvemos con Verano STEAM Makers, en el que programaremos videojuegos mucho más sofisticados, construiremos y programaremos robots e ingenios aún más sorprendentes y muchas más cosas que os iremos enseñando.
Así que, desde aquí mandar un abrazo enorme a nuestros starters, ¡nos vemos pronto en la próxima invasión robótica!