Sabéis perfectamente que en Academia READY somos fans de la robótica educativa y de todos los avances en tecnología que nos permiten avanzar y mejorar como sociedad. Es por eso que en muchos de nuestros talleres de verano ofrecemos sesiones de aprendizaje de impresión 3D en el que los chavales aprenden a modelar e imprimir sus propias figuras que luego pueden llevarse a casa. Pero, ¿tenemos claro cómo funciona una impresora 3D?
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¿Qué es una impresora 3D?
Las impresoras 3D son máquinas capaces de generar figuras volumétricas a partir de un diseño realizado por ordenador. Es decir, podemos fabricar una figura con dimensiones de alto, largo y ancho.
Con estas impresoras podemos producir nuestros propios objetos a partir de diseños creados por ordenador, escaneados o descargados de Internet. Con el material adecuado, pasaremos de tener un boceto en papel a un objeto real.
En este post te lo contamos todo sobre las estas impresoras y cómo ha sido su evolución en los últimos 10 años.
¿Cómo funciona una impresora 3D?
Este tipo de impresora crea modelos tridimensionales añadiendo de forma continua unas capas a otras hasta completar el diseño. El proceso se llama proceso aditivo, ya que se añaden unas capas encima de otras para conseguir el volumen completo.
Para que puedan funcionar estas impresoras necesitas un software específico que diseccione tu diseño en capas. Este proceso se conoce como slicing y las aplicaciones, slicers. Dependiendo del modelo que utilices, podrás ajustar la altura y la densidad de llenado de cada una de las capas. Todo ello, para conseguir la pieza con la mayor exactitud posible. Construyendo las capas sucesivamente conseguirás el objeto diseñado, con todas sus especificaciones.
Las impresoras 3D son muy prácticas en el ámbito doméstico, ya que podrás fabricar piezas que necesites o, simplemente, figuras de capricho. En el ámbito industrial se han convertido en máquinas indispensables para la fabricación de una gran variedad de elementos, tanto piezas como objetos terminados.
Las primeras impresoras 3D
La primera impresora en tres dimensiones la podemos situar en el año 1983, cuando Chuck Hull creó la primera pieza mediante el sistema de estereolitografía. Numerosas investigaciones dieron como resultado en 1986 la primera empresa dedicada a la impresión tridimensional, la eD Systems. Desde entonces, la tecnología ha cambiado mucho.
¿En qué consiste la estereolitografía?
Esta técnica consistía en imprimir el objeto capa a capa, utilizando polímeros que se endurecen mediante la luz y el calor. Las primeras impresiones utilizaban luz ultravioleta para que el fotopolímero líquido solidificara una vez colocada la capa correspondiente.
Un avance importante en la tecnología 3D fue la incorporación de la FDM o modelado por deposición fundida y el sinterizado selectivo mediante láser.
Las primeras impresiones con este último sistema se comercializaron en 1992. Aunque tenían algunos defectos, ya eran capaces de construir el objeto final capa a capa, disparando el rayo ultravioleta sobre el polímero.
2002 fue el año en el que se creó el primer órgano humano con una impresora tridimensional, un riñón en miniatura. En 2004 se fabrica la primera máquina cuyos componentes ya han sido imprimidos en 3D, la llamada máquina autorreplicante. En 2006, el sistema de sintetización de láser selectivo permitía fundir los materiales durante el proceso. Así se fabricaron las primeras prótesis y piezas industriales en diferentes materiales.
La impresión 3D en los últimos 10 años
Desde 2011 la industria utiliza la fabricación aditiva para un gran número de productos. La impresión 3D avanza a ritmo vertiginoso y se dedican grandes esfuerzos a la investigación de este campo. Se crean prototipos de vehículos y aviones no tripulados construidos enteramente en 3D.
Desde entonces y hasta nuestros días se han ido incorporado numerosas utilidades, llegando incluso a la impresión 4D.
La impresión en 3D representa un gran potencial para diferentes sectores de la sociedad: en la industria, la medicina, el medioambiente… Las impresoras mejoran la vida de las personas, permitiendo generar prótesis a medida, piezas descatalogadas, recrear modelos obsoletos y un sinfín de posibilidades.
El futuro de las estas impresoras es impresionante, ya que suponen una auténtica revolución tecnológica.
Las impresoras 3D funcionan a partir de objetos previamente diseñados en tu ordenador. Son infinitas las posibilidades de crear objetos con la forma y el tamaño necesario. Desde réplicas de objetos existentes hasta cualquier otro fruto de tu imaginación.
¿Qué materiales se utilizan en la impresión 3D?
Actualmente existen diversos materiales que se pueden usar en las impresoras 3D y cada uno de ellos tiene sus propias propiedades y beneficios frente al resto. Vamos a hacer un repaso a los más usados.
Plástico
El material termoplástico es uno de los más usados, ya que se puede calentar para fundirlo y enfriarlo para endurecerlo todas las veces que sea necesario. Esta característica permite solucionar errores de diseño e incluso reciclar un objeto fabricado en termoplástico para fabricar otra cosa completamente diferente.
Filamento fundido
El filamento fundido es el otro material más utilizado para cualquier proceso de impresión 3D. La principal ventaja de este material es que su coste es muy reducido, lo que lo convierte en la opción perfecta para modelar bocetos o pruebas de diseño o modelaje con facilidad. Su principal desventaja es que no representa fielmente los detalles más pequeños.
Ahora que ya sabes cómo funciona una impresora 3D puedes pasarte por nuestra academia para que tu hijo disfrute de los mejores talleres tecnológicos mientras aprende y se divierte junto a un pequeño grupo de amigos.