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¿Cómo organizarse para estudiar?

Organizarse para estudiar es clave para que los alumnos podáis sacar el mayor rendimiento académico posible. Como sabéis, el tiempo es un recurso finito que los estudiantes de ESO, bachiller y universidad no podéis permitiros desperdiciar. Por consiguiente, concede la importancia oportuna a los consejos que te vamos a dar. Son determinantes para optimizar el tiempo de estudio, un recurso tan escaso como valioso. Presta atención porque vamos a dar varios consejos pensados para entender cómo organizarse para estudiar de forma óptima.

La organización del estudio: un requisito indispensable

La idea de este post es que, asimilando estas sugerencias, como alumnos puedas integrar en tu día a día algunos métodos de estudio que posteriormente puedes poner en práctica durante tu vida profesional. Es en estas etapas formativas cuando el rigor y la disciplina se tienen que convertir en señas de identidad de quienes desean sacar el máximo partido a sus horas de estudio. Con el objetivo de que los interesados potencien estas capacidades, te aportamos una serie de recomendaciones interesantes para mejorar tu organización y rendimiento al estudiar.

1. Un calendario de estudio

Y lo más importante: respetarlo. El calendario de estudio ha de contener las fechas clave (exámenes, vacaciones, etc.), los objetivos asumibles que te tienes que marcar durante el curso y las horas de estudio que vas a dedicar a cada asignatura. Por lo tanto, estará dividido en cuadrantes en los que se repartirá el tiempo destinado a cada materia. Asimismo, los descansos estarán incluidos en el marco de esta planificación global que hay que seguir con el máximo rigor. Aparte, este cronograma va a dar cabida a metas volantes que permitan evaluar cómo marcha la adquisición de conocimientos antes de llegar a las fechas decisivas.

2. La habilitación del lugar de estudio

Generar un espacio cómodo y organizado para estudiar es decisivo para mejorar el rendimiento. En este sentido, conviene apostar por un sitio convenientemente ventilado e iluminado. Aparte, debe contar con la máxima ergonomía y los recursos tecnológicos y didácticos a mano. Por otro lado, es necesario alejar los principales elementos de distracción para que las sesiones de estudio sean 100 % satisfactorias.

Evita tener elementos en la habitación que puedan distraerte durante las horas de estudio. Sabemos que puede ser difícil, y que muchas veces no es posible eliminar todos los focos de distracción, pero haz todo lo posible para no tener tantas tentaciones a mano y mantener la concentración. Por ejemplo, puedes dejar el móvil, la consola o los libros de lectura fuera de la zona de estudio.

3. La preparación de buenos apuntes

Sin duda, es clave para tener una buena base de estudio. En este sentido, lo obvio es tomarlos de primera mano en las clases presenciales. Destacamos la necesidad de darles un formato relativamente visual. Por ejemplo, un esquema estructurado en árbol de las explicaciones contribuye a su entendimiento más fácilmente. Recalcar palabras clave y fijarse en las preguntas de los alumnos también son claves. Sin embargo, no basta con tomar las notas y revisarlas cuando llegue el examen. Es preciso un primer análisis durante el mismo día. Aparte de aplicar la recopilación del método Cornell, conviene completar con sugerencias de compañeros.

4. Las técnicas indispensables

Está claro que los maratones de memorización ya no son efectivos. Conviene, por ejemplo, aprovechar intervalos de media hora para aprender contenidos concretos. Posteriormente, se invierte un cuarto de hora en su retención y repaso. Esquema, subrayados y metodologías como la STEAM o la Pomodoro son útiles para afianzar los conocimientos.

5. El estudio en grupo provechoso

Es posible encontrar alumnos que tengan las mismas dudas e inquietudes. Por tanto, organizar una sesión de estudio en grupo puede resultar un trabajo satisfactorio. Siempre que se planifique con seriedad y no como una mera excursión a la biblioteca o la casa de un amigo. Estas sesiones parten de una primera preparación individual, a la que ha de seguir, ya en el grupo, la puesta en común de los apuntes. Después, se plantea un debate sobre ideas e interrogantes. Y, finalmente, se puede optar por sugerencias como las exposiciones orales, el brainstorming o las pruebas de preguntas y respuestas.

En definitiva, organizarse para estudiar es un requisito básico del alumnado que pretende aprobar con nota. Implica adoptar criterios de planificación y esfuerzo que demuestran una madurez que ha de ser garantía de solvencia académica.

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