A menudo nos preguntamos cuándo es el mejor momento para empezar a aprender inglés desde pequeños y apuntar a nuestro hijo a una academia de inglés. La respuesta es… cuanto antes.
El aprendizaje de otros idiomas desde pequeños es muy positivo. Durante la juventud, el cerebro humano asimila mejor el nuevo conocimiento, lo que provoca que sea más sencillo aprender idiomas cuando somos pequeños y, por tanto, es el mejor momento para aprender inglés. Cada vez son más las personas capaces de hablar inglés con soltura, lo que hace que las personas que no dominen el idioma se encuentren en clara desventaja frente a los que si lo hablan con fluidez.
A continuación, vamos a enumerar los principales motivos por lo que es importante saber hablar inglés en Albacete.
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Hemos preparado un decálogo de buenos motivos para aprender inglés desde pequeños. ¿Lo vemos juntos?
Como decíamos hace unas líneas, la naturalidad con la que los niños aprenden otros idiomas en la infancia es increíble. Son verdaderas esponjas absorbiendo conocimientos. Cuanto antes empiezan, más sencillamente se produce ese aprendizaje y menos esfuerzo les produce, ya que se desenvuelven de manera similar a lo que hacen al dominar su lengua materna. Es la mejor época para avanzar. Además, es un momento en el que no tienen vergüenza si hablan mal el idioma, lo que les facilita practicar con otras personas sin miedo a ponerse nerviosos durante el ejercicio.
El contacto con idiomas distintos al materno permite a nuestros hijos desarrollar otras competencias que, después, les ayudan a mejorar su capacidad de aprendizaje general. Es un estupendo estimulante para aprender a aprender. Habitualmente, los niños que conocen varios idiomas desde sus primeros años de vida tienen más facilidades para asimilar otros conocimientos y resolver con mayor facilidad problemas y rompecabezas.
Cuanto más pequeños somos, menos prejuicios tenemos. Si entramos en contacto con un idioma distinto en esta etapa inicial, nuestras barreras mentales caen y la predisposición hacia la aceptación social aumenta. Además, perdemos el miedo a comunicarnos con los otros en lenguas distintas a la propia. La consecuencia es triple: más amplitud de miras, menos vergüenza y más empatía.
Relacionarnos desde pequeños con un idioma nuevo nos obliga a trabajar la memoria y la creatividad, lo cual se convierte en un estímulo poderoso que nos ayudará en el futuro, ya sea en otros trabajos o en el día a día de nuestra vida cotidiana. Incluso facilitará las cosas a la hora de preparar el examen B1 de inglés u otros idiomas.
En las edades más tempranas, el aprendizaje de un idioma diferente se realiza a través del juego de un manera desenfadada y divertida. Esto es positivo por un doble motivo. En primer lugar, porque aprenden de un modo natural y nada traumático. En segundo, porque pierden el miedo a aprender idiomas, ya que su recuerdo se asocia a lo positivo y agradable.
Las capacidades comunicativas entran en juego cuando se trata de dominar cualquier nuevo idioma: la conversación, la escucha, la emisión de mensajes, la pronunciación o la interpretación de textos son aspectos habituales en este ámbito. Consecuentemente, cuando un peque aprende inglés, está adquiriendo y ejercitando estas habilidades lingüísticas, las cuales no solo le ayudarán a expresarse en esa nueva lengua, sino también mejorarán su capacidad en la propia.
Dado que vivimos en un mundo globalizado, podemos aprovechar nuestras nociones de inglés en tiempo real. No necesitamos viajar a los países anglófonos, como sucedía antes, para disfrutar y practicar lo aprendido. Entender canciones en inglés, ver series o películas en versión original y, sobre todo, comunicarnos con gente de otros países a través de internet o las redes sociales figuran entre las ventajas inmediatamente aplicables de aprender inglés cuanto antes.
Tampoco hay que olvidar el hecho de que muchos trabajos requieren de consultar documentación en inglés que puede suponer un obstáculo si no estamos habituados al idioma.
Otra de las ventajas de aprender inglés desde pequeños tiene que ver con el hecho de que un idioma es mucho más que un conjunto de signos, palabras y reglas gramaticales. Cada comunidad idiomática reúne en su lengua un universo cultural propio. Al aprender un nuevo idioma, esos conocimientos, vivencias y experiencias vitales quedan también al alcance del interesado. Es, por tanto, mucho más sencillo comprender otras culturas diferentes a la propia.
Las evidencias demuestran que, si aprendemos un idioma adicional en nuestra infancia, tenemos más facilidades para estudiar otros después. Es un hecho: las personas bilingües están más preparadas y capacitadas para interiorizar nuevos idiomas. El razonamiento y los procesos mentales que hay que seguir para aprender un idioma suelen ser parecidos para todos, por lo que nuestro cerebro estará entrenado para seguir el mismo proceso
Hablar varios idiomas nos asegura tener más oportunidades laborales y personales en el futuro. Podremos aspirar a mejores puestos de trabajo y disfrutar más de determinadas aventuras y vivencias.
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